Jesús levantó olas de ilusión en las playas de los abatidos, entregó a los presidiarios las llaves de sus calabozos, y con las ruinas edificó mansiones. Caminó de aldea en aldea y de puerta en puerta recogiendo tristeza y desventuras, e hizo con ellos un hato y lo sepultó en el fondo del lago. Subió a la montaña para proclamar a los cuatro vientos los derechos de los pobres, y convocó a la primavera para que cubriera de flores los patios de los huérfanos.
31 de marzo
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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