Ciertos fenómenos trágicos del alma humana no son otra cosa sino la otra cara de la sed de Dios. La insatisfacción humana, en toda su grandeza y amplitud, el tedio de la vida, ese no saber para qué está uno en el mundo, la sensación de vacío, el desencanto general…, no son otra cosa que la otra cara del Infinito.
29 de diciembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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