Yo sé que la Aurora volverá y me consolarás de nuevo como una madre consuela a su niño pequeño, y los ríos de consolación correrán por mis venas; y habrá de nuevo espigas y estrellas; el día se henchirá de alegría y la noche de canciones, y mi alma cantará eternamente tu misericordia porque me has consolado.
18 de noviembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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