Al alma humana, cuando ha sido profundamente seducida por Dios, le nacen alas del alcance del mundo
Al alma humana, cuando ha sido profundamente seducida por Dios, le nacen alas del alcance del mundo, y con tal de estar con su Señor, es capaz de transponer montañas y mares, recorrer ciudades y ríos; no teme el ridículo, no hay sombra que la asusten ni fronteras que la detengan.
13 de diciembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
