Dame la mano, hermano. Necesito de ti, necesitas de mí. Si estás solo y caes, temo que nadie te levante. Si estoy solo y me sorprende la noche, temo ser devorado por el miedo. Si estás conmigo, si estoy contigo, somos como esa muralla, como aquel roble.
29 de septiembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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