Los Guías, como miembros vivos de la Iglesia, son, pues, misioneros, (...) carácter por el cual el Guía participa directamente de la misión sacerdotal, profética y regia de Cristo Jesús.
Sólo en la noche profunda de la #fe, cuando callan la #mente y la boca, en el #silencio total y en la Presencia total, dobladas las rodillas y abierto el #corazón, solo entonces aparece la certeza de la fe, la noche se trunca en mediodía y, por fin, se comienza a entender al Ininteligible.